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Bellas Artes Salta

Carybé (Héctor Julio Paride Bernabó)

La vida y la obra de Carybé están exhaustivamente documentadas en el libro coordinado por Bruno Furrer y patrocinado por la Constructora Norberto Odebrecht S.A. Aquí reproducimos una síntesis que da cuenta de la activa y productiva vida de este artista argentino-brasileño.

Nació en Lanús, provincia de Buenos Aires, el 7 de febrero de 1911. Era el quinto hijo de Enea Bernabó, un inmigrante italiano proveniente de la región de Toscana, y Constantina Gonzales da Costa Luz, originaria de Santa Maria da boca do Monte (actual Santa María, ciudad del estado Rio Grande do Sul, en Brasil).

En su primera infancia, siendo él un bebé de seis meses, la familia parte a pasar unos años en Italia hasta que en 1914 estalla la Primera Guerra Mundial. Quedan los recuerdos en el artista: niños mutilados, las filas para retirar comida, la gran pandemia de la fiebre española.

Al finalizar la guerra, en 1919, la familia decide volver hacia América y se instala en Río de Janeiro, Brasil. Al llegar a Río, debido a una muerte en el barco, toda la tripulación es puesta en cuarentena en Ilha das Flores. Carybé comienza allí a apreciar la exuberante naturaleza de la isla y es entonces, según sus palabras, que entra en contacto con la mágica realidad americana.

En Río de Janeiro termina la primaria y luego realiza el colegio secundario en el Ateneo São Luis. Juega en la Liga infantil de fútbol del Sport Club Flamengo y se une a los boy scouts del club. Entonces adopta el seudónimo de Carybé, que refiere un tipo de pez del Amazonas.

Su hermano Arnaldo inaugura un taller de cerámica en su casa y a Carybé le gusta jugar con los colores, los pinceles, pinturas y pigmentos. Más adelante ingresará a la Escuela de Bellas Artes de Río.

En 1929 su hermano Roberto recibe un encargo para decorar los hoteles Palace, Gloria y Copacabana para el carnaval de ese año. El joven Carybé disfruta enormemente ese trabajo y gracias a que la paga es tan generosa, la familia entera decide mudarse de vuelta a la Argentina.

Llegan a Buenos Aires al inicio del invierno. Al contrario de lo que le sucede en Brasil ante la exuberancia de la naturaleza, Buenos Aires es la visión de un tango: la ciudad fría, oscura y plana, con sus árboles deshojados. La familia se instala en Lanús. Es la década de 1930 y la Gran Depresión se siente hasta el sur del planisferio: la Década Infame en nuestro país, y como el artista recuerda, es el reinado del desempleo, las bancarrotas y los suicidios.

En estos primeros y duros tiempos el taller de cerámica no prospera, por eso los hermanos se dedican a pintar carteles publicitarios en las orillas de las rutas, realizan serigrafías para publicidades de bancos y vidrieras de negocios hasta que ingresan al mundo del periodismo como dibujantes. Durante esta época Carybé ilustra historietas para periódicos y revistas, también hace humor escrito, películas, guiones gráficos para documentales, ilustraciones para libros y decorados para escenografías.

En Buenos Aires también se dedica a la música, y con sus amigos brasileños forman la banda que acompañará a la cantante Carmen Miranda durante tres temporadas; Carybé toca la pandereta. Un tiempo más tarde, el periódico Pregón le ofrece el trabajo de sus sueños: viajar por todo el mundo y mandar sus dibujos con breves comentarios al diario. Así se embarca en un ita -un tipo de barco a vapor-, y comienza su recorrido rumbo norte: Montevideo, Paranaguá, Santos, Río, Vitória y Bahía. Entonces le llega una carta de sus hermanos avisándole que el Pregón se había declarado en bancarrota. Después de seis meses de viaje y sin paga, Carybé se queda con una sola certeza: que el lugar que quiere habitar como pintor es Bahía.

A pesar de haberse formado en el arte europeo es en América donde encuentra la fuente de su inspiración, alejada de los ismos del momento. Resulta muy difícil asociarlo a algún movimiento artístico contemporáneo, ya que con su multifacética personalidad se relacionaba con diversidad de artistas, aunque en la década de 1940 se lo asociaba más al realismo social.

En Buenos Aires mantiene contacto con artistas brasileños y los hace conocer al público argentino a través de periodistas y críticos. Él mismo se interesa por las temáticas de los negros, los indios, los excluidos, los habitantes de las orillas de la ciudad. La incorporación de ciertas minorías étnicas se vuelve una parte vital de su pintura, y lleva esta cuestión un paso más adelante: se pregunta por la ausencia de las clases trabajadoras en el arte local. Los artistas argentinos parecen ignorar esta cuestión, y allí sucede un encuentro fundamental para su vida y su carrera cuando conoce a la artista austríaca Gertrudis Chale. Juntos compartieron las mismas preocupaciones sociales, rechazaban los modelos europeos del arte y decidieron moverse en otra dirección. En la capital Argentina Carybé instala un taller con sus amigos y compañeros de ideas: Gertrudis Chale, Luis Preti, Carlos Lugo y Raúl Brié, “todos pintores sin ningún ismo conocido, deseando pintar la tierra y no teorizar”, tal señala el mismo Carybé. En Salta suman a esta tendencia al poeta Manuel J. Castilla y al artista y docente Carlos Luis (Pajita) García Bes.

Estufas de tabaco en Chicoana, 1942.

Con Preti, Chale, Brié y Lugo realizan viajes asiduos a Salta. Se instalan primero en Chicoana (a unos 85 km de la capital de la provincia) y luego en la ciudad petrolera de Tartagal (a 320 km). Por eso se los conoce como el Grupo Tartagal o Grupo Chicoana. En la historiografía del arte nacional constituirán el Grupo de Salta. Las montañas de los Andes, la vegetación de Chicoana o Tartagal y los pobladores nativos de la región norte del país serán los temas sus dibujos y pinturas en este periodo.

Quebrada de Escoipe, 1942.

Rodó varios documentales breves en ciudades turísticas para el Instituto Nacional del Cine. Junto al artista alemán Hans Mann fotografió y filmó prácticamente todos los monumentos históricos argentinos y el Museo de Arte Colonial. Estas experiencias lo ayudarán, más adelante, en su activa participación en el film “O Cangaceiro” (1953) de Lima Barreto.

Pinta su primer mural en una oficina del periódico socialista La Vanguardia, en el que retrata la vida argentina bajo el yugo del imperialismo, y es celebrado por sus compañeros de redacción.

En 1944 Carybé adopta una nueva dirección: Aserradero Villaflor, Tartagal, Salta. Se instala un tiempo en la zona del río Pilcomayo, en tierras remotas como él mismo la llama. Luego realiza un viaje por el río Paraguay hasta Cuiabá.

Al año siguiente, en 1945, realiza en la Galería Witcomb de Buenos Aires una exhibición de 226 dibujos, los resultados de sus viajes por el continente, como señala en su diario. Se trata de bocetos, borradores y dibujos en tinta china, hábilmente realizados. Al poco tiempo realiza su primera muestra solo de pinturas al óleo, organizada por la Asociación Amigos del Arte de Salta, en esa ciudad. En julio lleva adelante una exhibición mayor en la Galería Amauta de Buenos Aires, titulada Catorce temas americanos. Ya se comienza a marcar su estilo y aparecen obras de relevancia, como El misterio de las nubes y La canción del delfín, ambas piezas marcaron en Carybé su inclinación al realismo mágico que aparecería como concepto para explicar el boom latinoamericano en literatura, varios años más tarde.

El misterio de las nubes, 1941.
La canción del delfín, 1944.

En agosto de 1945 organiza también una exhibición en el Instituto de Arquitectos en Río de Janeiro y más adelante, en la Galería Kraft de Buenos Aires, exhibe temas americanos junto a otros artistas contemporáneos como Juan Carlos Castagnino, Gertrudis Chale, Antonio Berni, Juan del Prete y Jorge Larco.

Carybé continúa con sus viajes, sus exhibiciones en Buenos Aires y en el norte de Argentina. En 1948 muestra por primera vez sus trabajos en Estados Unidos, en la Unión Panamericana en Washington D. C., junto a Héctor Basaldúa, Norah Borges, Horacio Butler, Juan Carlos Castagnino, Raquel Forner, Jorge Larco y Raúl Soldi. Ese mismo año publica en Buenos Aires Ajtuss, un relato mítico y americano escrito e ilustrado por él, un trabajo autobiográfico donde resume los paisajes, la historia del continente y todo lo que el artista había experimentado en sus viajes por nuestras tierras.

En 1949 realiza una nueva exposición en la Galería Viau de Buenos Aires. La prensa y la crítica coinciden en que su pintura es auténtica y representa lo más profundo del alma americana. A fines de ese año recibe la novedad que tanto deseaba: ir a vivir a Bahía, y en una carta, agradece a Dios y a Madre Yemanjá la buena noticia.

A partir de 1951, y hasta su muerte, su residencia oficial será en Salvador de Bahía. Como alguna vez dijo su amigo Rubem Braga: “Carybé no encontró la inspiración en Bahía; Bahía encontró inspiración en Carybé”.

Los años siguientes continúa pintando y comienza a experimentar otras formas: muralismo, bajorrelieves, esculturas, mosaiquismo, incrustaciones y tallas de maderas. Carybé explica que hace lo que tiene ganas: cuando se cansa, pasa a otra cosa.

Realiza enormes murales en diversas ciudades de Brasil, en Buenos Aires y en el aeropuerto Kennedy de Nueva York (hoy desmontado).

Las décadas siguientes, ya siendo ciudadano de Bahía y un artista consagrado continúa con los viajes, la pintura y el muralismo. Anécdota aparte es la celebración de su cumpleaños número 70: toda Bahía festeja con batucada en la plaza principal del Pelourinho… Una verdadera fiesta para su hijo predilecto.

Plaza pública del Pelourinho, Salvador de Bahía, Brasil. Celebración del cumpleaños número 70 del artista.

Mencionar una a una todas las actividades a las que se dedicó, sus creaciones, los premios recibidos y hasta los viajes realizados por este prolífico artista, seguramente sería imposible. Baste decir que Carybé se dedicó a la música, a traducir literatura brasileña, a la pintura. Realizó ilustraciones para numerosas ediciones de libros: Macunaíma de Mario do Andrade, una traducción de Julio Cortázar de Robinson Crusoe de Daniel Defoe, La carreta de Enrique Amorin, Luna muerta de Manuel Castilla, Juvenilia de Miguel Cané, Maracatú, motivos típicos y carnavalescos de Newton Freitas, Poemas de Walt Whitmann, La mariposa amarilla de Rubem Braga, Rosa de noche de José Predeira, El caballo y la rosa de Carlos Vasconcelos Maya, El rey de las montañas de Jagendorf M. A. y Boggs R. S., Jubiaba de Jorge Amado, Las mil y una noches y los libros infantiles Alí Babá y los cuarenta ladrones y Robinson Crusoe; El coronel no tiene quien le escriba, Los funerales de la Mamá Grande, El entierro del diablo y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez; Leyendas africanas de los Orixás de Pierre Verger. También diseñó sets y vestuario para películas, óperas y ballets. Fue actor y director artístico de la película “O Cangaceiro”.

Obtuvo numerosos reconocimientos y premios a lo largo de su vida.

La obra de Carybé habita las calles de Salvador de Bahía porque esa ciudad fue su inspiración. También la encontramos en numerosos museos del mundo, en ciudades como Salta, Nueva York, Lisboa, San Pablo, Hamburgo, Río de Janeiro, Aberdeen, Inglaterra y San Petersburgo. Participó activamente del culto afrobrasileño del candomblé, por eso lo nombraron Obá de Xangô, puesto honorífico de este culto, y fue precisamente durante una celebración en un terreiro que perdió su vida durante una sesión, el 1 de octubre de 1997.

La obra de Carybé que se encuentra en nuestro museo se trata de un grabado que forma parte de una serie titulada “Visitaciones a Bahía”.

Visitación de Yasán (deidad) a Nuestra Señora de la “O” en la casa de China en la mañana del 2 de diciembre, 1902. Xilografía a 6 planchas.
1- Visitación de San Cosme y San Damián el 7 de septiembre, 1967. 2- Visitación de Oxossi (deidad) a su caballo (medium espiritual) Raimunda Sarará el 5 de octubre, 1917. 3- Visitación de San Lázaro a San Onofre en la noche del 24 de agosto de 1938.
4- Visitación de Omulu (deidad) y San Roque al lecho de muerte de María Salomé en el n° 33 de la calle Laranjeiras, el 19 de marzo de 1927. 5- Visitación de Exú (deidad) a la calle la calle Açouginho el 9 de febrero, 1972. 6- Visitación de Ogum (deidad) y muerte del soldado Belarmino el 18 de noviembre de 1921.

Fuentes:

Furrer, Bruno: Carybé. Fundación Odebrecht, Salvador, Brasil, 1989.

Martorell, Carmen y Margarita Lotufo Valdés: Vida plástica salteña. 1a. ed. Ministerio de Educación de la provincia de Salta, Secretaría de Cultura. Salta, 2005.