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Bellas Artes Salta

La escultura nace de un espíritu

Artistas: Carla Grunaer, Elsa Salfity e Ivana Salfity

Curadora: Guadalupe Creche 

Esta exposición colectiva reúne el trabajo de tres artistas de distintas generaciones nacidas en el norte de Argentina. Las obras que la conforman fueron realizadas entre 1968 y 2023, y proponen en su conjunto, diferentes acepciones sobre la escultura como medio y lenguaje en las artes visuales.

El bronce, la piedra y el yeso son los materiales con los que las artistas trabajan para darles vida perdurable a sus esculturas, que se exhiben cargadas de misterio. En esta muestra, ubicada en tres salas del Museo de Bellas Artes, las obras históricas se entrelazan con obras nuevas, creando una convergencia desde las influencias de un legado artístico que da cuenta de una constante transformación. 

La escultura nace de un espíritu surge del trabajo de recolección de un conjunto de esculturas de bronce realizadas por Elsa Salfity entre 1969 y 1974 en Salta. Junto con Ivana Salfity, sobrina de Elsa, llevamos a cabo esta recolección personalmente y con dedicación, de las obras que se encontraban dispersas en distintas casas. Muchas de ellas fueron entregadas como regalo de bodas o demostraciones de afecto, lo que da cuenta del carácter expansivo y generoso de Elsa.

FOTOGRAFIAS: Ivana Salfity y Cecilia Lutufyan

Esta exposición colectiva reúne el trabajo de tres artistas de distintas generaciones nacidas en el norte de Argentina. Las obras que la conforman fueron realizadas entre 1968 y 2023, y proponen en su conjunto, diferentes acepciones sobre la escultura como medio y lenguaje en las artes visuales.

El bronce, la piedra y el yeso son los materiales con los que las artistas trabajan para darles vida perdurable a sus esculturas, que se exhiben cargadas de misterio. En esta muestra, ubicada en tres salas del Museo de Bellas Artes, las obras históricas se entrelazan con obras nuevas, creando una convergencia desde las influencias de un legado artístico que da cuenta de una constante transformación. 

La escultura nace de un espíritu surge del trabajo de recolección de un conjunto de esculturas de bronce realizadas por Elsa Salfity entre 1969 y 1974 en Salta. Junto con Ivana Salfity, sobrina de Elsa, llevamos a cabo esta recolección personalmente y con dedicación, de las obras que se encontraban dispersas en distintas casas. Muchas de ellas fueron entregadas como regalo de bodas o demostraciones de afecto, lo que da cuenta del carácter expansivo y generoso de Elsa.

Las esculturas presentadas no pertenecen a una serie específica, pero están vinculadas a un mismo periodo de experimentación donde priman la intuición y el gesto sostenido en las marcas visibles de las superficies de las esculturas, como las huellas de la colada del bronce. El estudio de formas de la figura humana es un tema constante y lo atraviesa a lo largo de su obra. 

Siguiendo a su amiga Leonor Navamuel, estas esculturas en bronce pertenecen a una segunda etapa de producción de Elsa: la del material ahuecado y aligerado, donde se transparenta el esqueleto interno. Navamuel señala que son obras donde el vacío domina sobre el lleno, donde el espacio interno adquiere igual relevancia que el externo. El material, aparentemente tosco, alcanza un equilibrio dinámico y estático simultáneamente. 

El trabajo con lo ahuecado y lo vacío, donde se transparenta el esqueleto interno, aparece también en la escultura de Carla Grunauer. Las obras presentadas en la Sala 1 surgen de una práctica de asociación de la forma, con el que Carla da cuerpo a figuras construidas desde un material frágil y liviano como el yeso. El trabajo con materiales aparentemente toscos, donde se alcanza un equilibrio dinámico, aparece también en la escultura de Ivana Salfity. Las obras presentadas en la Sala 2 surgen de un procedimiento de observación y recolección de piedras y ladrillos, que se presentan unidas como las partes de un todo. 

Tanto en las esculturas de Elsa como en las de Carla e Ivana, podemos encontrar un alto sentido de la intuición. Entendiendo por intuición una habilidad que implica gran velocidad y que requiere un tipo de inteligencia capaz de combinar saberes y prácticas en el hacer manual. 

La intuición presente en el proceso de trabajo de cada una de las artistas les permite combinar desde el desarrollo de técnicas tradicionales como el dibujo, el grabado y la fotografía, otras más experimentales que se materializan desde lo aprehendido en sus obras escultóricas. 

El bronce, la piedra y el yeso son los materiales con los que trabajan las tres artistas para darles vida perdurable a sus esculturas, las que se exhiben en esta muestra como seres cargados de misterio. Las obras históricas se entrelazan con obras nuevas, creando una convergencia desde las influencias de un legado artístico que da cuenta de una constante transformación. Además, el trabajo curatorial presentado en este marco institucional busca reflexionar sobre una pregunta relacionada con la política patrimonial, desde una mirada afectiva y de cuidado ¿qué hacemos con la obra de lxs artistas cuando mueren? 

Esta exposición colectiva reúne el trabajo de tres artistas de distintas generaciones nacidas en el norte de Argentina. Las obras que la conforman fueron realizadas entre 1968 y 2023, y proponen en su conjunto, diferentes acepciones sobre la escultura como medio y lenguaje en las artes visuales.

El bronce, la piedra y el yeso son los materiales con los que las artistas trabajan para darles vida perdurable a sus esculturas, que se exhiben cargadas de misterio. En esta muestra, ubicada en tres salas del Museo de Bellas Artes, las obras históricas se entrelazan con obras nuevas, creando una convergencia desde las influencias de un legado artístico que da cuenta de una constante transformación. 

 

La escultura nace de un espíritu surge del trabajo de recolección de un conjunto de esculturas de bronce realizadas por Elsa Salfity entre 1969 y 1974 en Salta. Junto con Ivana Salfity, sobrina de Elsa, llevamos a cabo esta recolección personalmente y con dedicación, de las obras que se encontraban dispersas en distintas casas. Muchas de ellas fueron entregadas como regalo de bodas o demostraciones de afecto, lo que da cuenta del carácter expansivo y generoso de Elsa.

Las esculturas presentadas no pertenecen a una serie específica, pero están vinculadas a un mismo periodo de experimentación donde priman la intuición y el gesto sostenido en las marcas visibles de las superficies de las esculturas, como las huellas de la colada del bronce. El estudio de formas de la figura humana es un tema constante y lo atraviesa a lo largo de su obra. 

Siguiendo a su amiga Leonor Navamuel, estas esculturas en bronce pertenecen a una segunda etapa de producción de Elsa: la del material ahuecado y aligerado, donde se transparenta el esqueleto interno. Navamuel señala que son obras donde el vacío domina sobre el lleno, donde el espacio interno adquiere igual relevancia que el externo. El material, aparentemente tosco, alcanza un equilibrio dinámico y estático simultáneamente. 

Salas 1 y 2: Carla e Ivana

El trabajo con lo ahuecado y lo vacío, donde se transparenta el esqueleto interno, aparece también en la escultura de Carla Grunauer. Las obras presentadas en la Sala 1 surgen de una práctica de asociación de la forma, con el que Carla da cuerpo a figuras construidas desde un material frágil y liviano como el yeso. El trabajo con materiales aparentemente toscos, donde se alcanza un equilibrio dinámico, aparece también en la escultura de Ivana Salfity. Las obras presentadas en la Sala 2 surgen de un procedimiento de observación y recolección de piedras y ladrillos, que se presentan unidas como las partes de un todo. 

Tanto en las esculturas de Elsa como en las de Carla e Ivana, podemos encontrar un alto sentido de la intuición. Entendiendo por intuición una habilidad que implica gran velocidad y que requiere un tipo de inteligencia capaz de combinar saberes y prácticas en el hacer manual. 

La intuición presente en el proceso de trabajo de cada una de las artistas les permite combinar desde el desarrollo de técnicas tradicionales como el dibujo, el grabado y la fotografía, otras más experimentales que se materializan desde lo aprehendido en sus obras escultóricas. 

El bronce, la piedra y el yeso son los materiales con los que trabajan las tres artistas para darles vida perdurable a sus esculturas, las que se exhiben en esta muestra como seres cargados de misterio. Las obras históricas se entrelazan con obras nuevas, creando una convergencia desde las influencias de un legado artístico que da cuenta de una constante transformación. Además, el trabajo curatorial presentado en este marco institucional busca reflexionar sobre una pregunta relacionada con la política patrimonial, desde una mirada afectiva y de cuidado ¿qué hacemos con la obra de lxs artistas cuando mueren? 

Las esculturas presentadas no pertenecen a una serie específica, pero están vinculadas a un mismo periodo de experimentación donde priman la intuición y el gesto sostenido en las marcas visibles de las superficies de las esculturas, como las huellas de la colada del bronce. El estudio de formas de la figura humana es un tema constante y lo atraviesa a lo largo de su obra. 

Siguiendo a su amiga Leonor Navamuel, estas esculturas en bronce pertenecen a una segunda etapa de producción de Elsa: la del material ahuecado y aligerado, donde se transparenta el esqueleto interno. Navamuel señala que son obras donde el vacío domina sobre el lleno, donde el espacio interno adquiere igual relevancia que el externo. El material, aparentemente tosco, alcanza un equilibrio dinámico y estático simultáneamente. 

El trabajo con lo ahuecado y lo vacío, donde se transparenta el esqueleto interno, aparece también en la escultura de Carla Grunauer. Las obras presentadas en la Sala 1 surgen de una práctica de asociación de la forma, con el que Carla da cuerpo a figuras construidas desde un material frágil y liviano como el yeso. El trabajo con materiales aparentemente toscos, donde se alcanza un equilibrio dinámico, aparece también en la escultura de Ivana Salfity. Las obras presentadas en la Sala 2 surgen de un procedimiento de observación y recolección de piedras y ladrillos, que se presentan unidas como las partes de un todo. 

Tanto en las esculturas de Elsa como en las de Carla e Ivana, podemos encontrar un alto sentido de la intuición. Entendiendo por intuición una habilidad que implica gran velocidad y que requiere un tipo de inteligencia capaz de combinar saberes y prácticas en el hacer manual. 

La intuición presente en el proceso de trabajo de cada una de las artistas les permite combinar desde el desarrollo de técnicas tradicionales como el dibujo, el grabado y la fotografía, otras más experimentales que se materializan desde lo aprehendido en sus obras escultóricas. 

El bronce, la piedra y el yeso son los materiales con los que trabajan las tres artistas para darles vida perdurable a sus esculturas, las que se exhiben en esta muestra como seres cargados de misterio. Las obras históricas se entrelazan con obras nuevas, creando una convergencia desde las influencias de un legado artístico que da cuenta de una constante transformación. Además, el trabajo curatorial presentado en este marco institucional busca reflexionar sobre una pregunta relacionada con la política patrimonial, desde una mirada afectiva y de cuidado ¿qué hacemos con la obra de lxs artistas cuando mueren?